¡Y cómo no la va a alterar!
Si un día salimos con abrigo y muertos de frío y dos días después estamos con
manga corta y sudando. Es así, literalmente, sin embargo, también es
maravilloso, porque no sólo altera el clima sino el ánimo de la gente y todo
tiene ganas o apariencia de estar vivo. Ahora hay más abrazos, más visitas, más
discusiones, más sonrisas y más gente en la calle.