La primera fiesta popular que disfruté cuando
llegué a Plasencia fue el Martes Mayor, así que guardo para esta un cariño
especial. El Martes Mayor comenzó a celebrarse desde hace unos 45 años, sin
embargo el origen de su celebración se remonta a la fundación de esta ciudad
medieval del norte de Extremadura, allá por el siglo XII, pues desde un
principio fue evidente la importancia de las transacciones comerciales en este
punto estratégico de nuestra geografía.
Como muchos saben, en Plasencia, cada martes
del año hay mercado en la Plaza Mayor, hasta allí llegan los pequeños
comerciantes para ofrecer sus productos: verduras, frutas, hortalizas, quesos,
embutidos, panes y mieles. Cada uno de los vecinos de esta ciudad tenemos ya
escogido el puesto donde compramos verduras de un sitio o frutas de algún otro,
cada uno según el gusto, el presupuesto y la atención de los comerciantes. Los
placentinos dicen “hoy hay martes” como referencia al mercado que se celebra en
su gran plaza. Todavía en una de las entradas a las calles que llegan a la
plaza podemos ver reuniones de personas haciendo transacciones comerciales de
ganado, una de las actividades que dio origen a este exitoso encuentro semanal.
Otros, como yo, vamos más por el carácter sublime que tiene este tipo de
actividades “de toda la vida”.
Como el mercado semanal es tan importante
para esta ciudad, se creó la celebración una vez al año del Martes Mayor como
homenaje o enaltecimiento del encuentro semanal. Y con el paso del tiempo, el
Martes Mayor ha sido reconocido como fiesta de Interés Turístico Regional y
aspira a mucho más, por supuesto. ¿Qué se hace en el Martes Mayor? Se engalana
la ciudad y las callejuelas de la ciudad vieja se llenan de puestos donde se
venden artesanías, dulces, cestería, cerámica, y cientos de productos más. Se
celebra siempre el primer martes de agosto, así que generalmente es una fiesta
calurosa y bulliciosa. La ciudad recibe miles de visitantes y los placentinos
salimos todos a la calle, a disfrutar cada minuto.
La víspera del Martes Mayor, la noche se
vuelve muy larga, porque la gente aprovecha las horas nocturnas para ver y
comprar en cada uno de los puestos y para celebrar, por supuesto, en los bares
cercanos la ocasión y el reencuentro. El martes, en la mañana se compra todo lo
que no se ha podido la noche anterior y las calles están llenas de niños
jugando y corriendo entre los puestos del mercado. Entre cuencos y figuras siempre
vemos al vendedor de los silbatos de cantos de pájaro, prueba inequívoca de que
estamos en un mercado.
Es momento también para la música, los
tamborileros recorren las calles al ritmo de sus tambores y sus flautas, y con
el tiempo comenzamos a reconocer las letras de sus melodías, así que nos
descubrimos de pronto repitiendo en nuestras cabezas letras como “redoble,
redoble, vuelvo a redoblar, con ese redoble me vas a matar…”. También, por
supuesto, podemos ver charangas, cantantes improvisados, otros más organizados
y algunos espontáneos. Eso es lo que tiene el Martes Mayor de Plasencia, el
encanto de pasear entre las calles antiguas con el sabor del reencuentro y la
alegría del verano.
Este año, 2013, el Martes Mayor se celebrará
el día 6 de agosto, sin embargo las celebraciones en la ciudad comienzan desde
el día 1 y esperamos que dejen sabor de fiesta para el resto de la temporada.
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