El lunes 29 de marzo nos quedamos con ganas de ver la procesión del Cristo de la Pasión, la lluvia impidió que saliera el paso por las calles de Plasencia. Sin embargo, el martes la noche fue espléndida, muy fría eso sí, con una luna llena y un cielo limpio azul profundo. La larga procesión de la cofradía del Cristo de la Columna tomó las calles de la ciudad desde Santo Domingo, pasó de largo por la Plaza Mayor y se enfiló hacia la calle del Rey donde se perdió entre el gentío que abarrotaba las calles con silencio y solemnidad. Muchos conocidos salieron a la calle bajo la túnica blanca y dorada de esta cofradía y otros muchos salieron a verlos, pese a ser irreconocibles. Temprano, en la misma plaza, una venta de dulces extremeños, atraía a los visitantes. Da gusto salir por esta ciudad en esta época, porque los placentinos siguen aquí pendientes de su cofradía y de las procesiones, pero a esto agregamos los turistas, muchos, cada día más, los que vienen a disfrutar del encanto de las tradiciones dentro de los muros de esta ciudad medieval.
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